¡Felicitaciones! Esta semana no solo limpiaste tu cuerpo — limpiaste tu relación con el agua.
Y eso es abrir un portal.
No se trató de hidratarte.
Se trató de despertar una conciencia líquida.
De recordar que el agua no es un recurso:
es una mensajera.
Es tu aliada más silenciosa y más fiel.
Esta semana le hablaste al agua.
La programaste con intención.
La recibiste como medicina.
Y la dejaste ir como ofrenda.
Dejaste fuera los líquidos industriales.
Notaste cuántas veces bebías sin conciencia.
Y comenzaste a beber como quien se alinea con su fuego.
Sin ruido. Sin químicos. Sin trampa.
También sudaste.
Te entregaste al baño como rito.
Permitiste que el agua tocara tu historia sin palabras.
Viste que lo que dices se imprime en el agua.
Y si tu cuerpo es agua…
entonces todo lo que piensas, todo lo que hablas, todo lo que callas, lo habita.
Esta semana comprendiste que no hay purificación sin presencia.
Y que cuando el agua se trata con respeto,
tu energía comienza a fluir con más dirección.
Eso lograste esta semana:
reunirte con el agua como una inteligencia viva.
Limpiar desde adentro hacia afuera.
Y empezar a hablarle distinto a tu propio cuerpo.
Ahora estás más liviano.
Más claro.
Más despierto.
Y lo mejor: más consciente de lo que dejas entrar, circular y salir.
🔥💧 Nos vemos la próxima semana — con un fuego más fluido, una atención más profunda, y un cuerpo listo para recibir la visión.