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Nada queda pendiente cuando el corazón agradece

Esta semana te invitó a mirar tu vida como si pudieras morir mañana.
Sin temor. Con sobriedad.
Con la claridad de que toda relación es finita.

No se trata de dramatizar ni de buscar perdón.
Se trata de agradecer lo vivido, cerrar ciclos con atención
y hacer los gestos que el alma no quiere postergar.

Dar gracias. Honrar. Soltar.
Cuando eso se hace, el corazón se vuelve liviano,
y la energía, libre para lo que viene.

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