¡Felicitaciones! Has completado tu primera semana del programa ENCIÉNDETE.
Esta semana tocaste tierra. Y eso no es poco.
Durante siete días, volviste al cuerpo.
Lo observaste sin forzarlo, lo habitaste con presencia, lo escuchaste moverse, respirar, resistirse o rendirse.
Te diste cuenta de gestos automáticos, de hábitos que apagan el fuego, de pequeños placeres reales que estaban olvidados.
No hiciste grandes cambios.
Pero sí encendiste la percepción.
Y eso, en el mundo en que vivimos, es un acto revolucionario.
Poner atención al cuerpo en lo cotidiano es simple… pero no es fácil.
Requiere honestidad, sobriedad, y un tipo de coraje silencioso que no hace ruido.
Esta semana entrenaste ese coraje.
Te detuviste a sentir. A escuchar. A escribir sin corregir.
A bailar sin justificar. A callar sin apagar.
A observarte sin juicio.
Y eso cambia todo.
Cuando el cuerpo está presente, la atención tiene un lugar donde anclarse.
Y cuando la atención se enciende, la vida comienza a ordenar su pulso.
Eso es lo que lograste esta semana:
encender el arraigo, recuperar el cuerpo como base de tu energía.
Desde aquí, cada paso será más profundo.
Cada semana, una capa más.
Cada práctica, una chispa que aviva lo que ya estaba dentro.
Y ahora que el cuerpo empieza a responder…
🔥 es momento de prender el fuego de tu energía vital.
Pasas a la Semana 2.
La chispa ya está encendida. Ahora… comienza la combustión.