¡Felicitaciones! Has completado la Semana 4 del programa ENCIÉNDETE.
Y esta vez, tu fuego pasó por la cocina.
No hiciste dieta. No te controlaste desde la culpa.
Encendiste la percepción sobre tu nutrición.
Y eso es mucho más profundo que contar calorías.
Esta semana te diste cuenta de cómo comes, por qué comes, y qué efecto real tiene en tu energía lo que eliges llevar a tu boca.
Observaste hábitos. Rompiste un automatismo.
Cortaste con una sustancia que te apagaba.
Y lo hiciste con decisión, sin excusas, sin negociación con tu mente.
Eso es fuego digestivo encendido.
Cuando el cuerpo no está intoxicado, la atención mejora, el ánimo se estabiliza, y el día comienza a tener claridad.
Te hiciste cargo de tu fuego interno desde la raíz: lo que ingresa a tu cuerpo.
Y esta semana también tocaste algo más hondo:
La relación emocional con la comida.
Las ganas de premiarte, de castigarte, de llenarte cuando en realidad estás buscando otra cosa.
Pusiste pausa. Respiraste antes de comer por ansiedad.
Te regalaste al menos una comida en silencio.
Y comenzaste a limpiar un vínculo vital: el de la energía y la nutrición.
Esta semana no se trató de dejar cosas afuera.
Se trató de elegir con conciencia lo que enciende tu vitalidad.
Eso lograste:
transformar la alimentación en un acto energético, no mecánico.
Y ahora que el cuerpo está más limpio, más claro, más encendido…
🔥 es momento de prender el fuego del corazón.
Prepárate para la Semana 5.
Ahí nos acercamos al vínculo contigo mismo, con los otros, con lo que sientes.
Donde el fuego se vuelve afecto.
Y el cuidado… se vuelve relación.