¡Felicitaciones! Has iniciado un nuevo ciclo en tu entrenamiento.
Y lo hiciste con fuego. Con cuerpo. Con goce real.
Esta semana no fue solo un paso más.
Fue un cambio de ritmo.
El cuerpo dejó de sobrevivir… y empezó a vibrar.
Sudaste, respiraste, tocaste, cantaste.
No para demostrar nada, sino para volver a sentir que estás vivo por dentro.
Tomaste una decisión poderosa:
sacar de tu cocina una sustancia muerta.
Y traer, en su lugar, un elemento vivo, real, energético.
Eso no es una moda.
Eso es dirección energética.
Empezaste a mirar también tu economía como parte de tu fuego.
Notaste cómo el despilfarro —en dinero, en tiempo, en energía— es parte de lo que te apaga.
Y comenzaste a redirigir recursos hacia lo que sí nutre.
Diste afecto con el cuerpo, no con discursos.
Respiraste sin controlar.
Descansaste sin escapar.
Y en cada uno de esos gestos, recordaste algo que no viene del mundo externo:
que tu fuego vital no se compra, no se pide, no se entiende.
Se enciende desde adentro.
Eso es lo que lograste esta semana:
encender el cuerpo como espacio de goce, fuerza y energía limpia.
Y lo hiciste sin exigencia, sin teoría, sin ideal.
Solo habitando el movimiento, el placer y la decisión firme de vivir con más presencia.
Y ahora que el cuerpo ha vuelto a arder —
🔥 es momento de dirigir ese fuego hacia adentro.
Prepárate para la Semana 9.
Ahí comenzamos a ver con más claridad lo que comes sin darte cuenta.
Lo que entra sin permiso.
Y lo que necesitas elegir con más conciencia.
Vamos con más goce, más fuerza y un fuego cada vez más lúcido.